25.10.05

My Present


All'improvviso, ho trovato un'amica.
FROHER GEBURTSTAG, MEIKE.

Construir un puente

Al llegar a Reggio Calabria escribi lo siguiente:

El "Estrecho de Messina" no existe. El Estrecho de Messina, en su punto mas estrecho, no es mas que un salto en el vacio. El mar Tirreno no es tal; solo es un gran lago que bebe del Mediterraneo y que esta limitado por la costa siciliana, a un lado, y la calabresa, al otro.

Desde mi extremo calabres, veo a mis vecinos sicilianos saludar con la mano, tras una pincelada de oleo de mar azul, mucho mas azul; desde mi extremo calabres, busco un horizonte infinito de mar pero mi mirada fija choca siempre y sin descanso con las montanyas de la No-Isla que, al sur, se pierden en una bruma eterna.

Nunca quise ser profetica y, sin quererlo, parece que lo consegui. Sicilia dejara de ser una isla y el estrecho de Messina se transformara en el puente mas largo del mundo (malo es que alguien presuma de tamanyo).

Aparte de la idea romantica referida al aislamiento natural del territorio mas peculiar de Italia, el hecho de que viertan toneladas de cemento al mar no me hace mucha gracia, asi que me posiciono en contra del que, afortunadamente de momento, solo es un proyecto.

La insignificancia del ser humano ante si mismo


No me salen las palabras. Ver "Il Postino" es ver uno de esos cuadros de Friedrich, con figuras que se reconocen como humanas por actitudes de un temor absorto y una melancolia que solo pueden ser humanas: figuras minusculas, insignificantes ante el paisaje sin medida.

De "Il Postino", al final, solo queda el brillo de las estrellas en el cielo y el ronroneo constante del mar, demasiado bellos para ser recreados por la poesia; demasiado grandes para enjaularlos en la sinfonia siempre incompleta, inexacta, de las palabras.

Pero ademas de eso, "Il Postino" grita alta y clara una verdad de las relaciones humanas que quiza por evidente, en ocasiones se olvida: la subjetividad, el punto de vista.

A veces una persona irrumpe en una vida tranquila y monotona y la vuelve del reves, dejandole el corazon al sujeto de la accion -o del sentimiento- en carne viva; pervirtiendo sus emocines; forzando un cambio en el pensamiento y en el "ser". Y a veces , esa persona que irrumpe, haciendo saltar por los aires los cimientos de una vida tranquila y monotona, ni siquiera es consciente de ello o, al menos, no de la gravedad del asunto; del estado de absoluto desamparo emocional en que queda el sujeto de la accion o el sentimiento. Esa persona que mira desde lo alto y, desde su omnipotencia sobre nuestras emociones, nos sabe fragiles y nos sonrie con piedad, o nos pone una mano en el hombro con compasion.

Y no hace falta que esa persona sea Pablo Neruda. Puede ser un amigo muy querido, pero que nunca llama; o ese amor perdido por el que estuvimos suspirando durante anyos hasta que se apago en el olvido.

Y en realidad, la culpa no es de ninguno de ellos, sino de ese ser humano que se mira dentro y ve el vacio; y cree encontrar fuera el infinito: esa persona insignificante para si misma.

3.10.05

En un puerto italiano...


...al pie de las montanyas.
Marco vivia aqui, en Reggio Calabria.