13.12.05

El Segundo Mundo

El primer mundo es aquel que nada a crol, haciendose largos en la piscina olimpica que es este Planeta Tierra; exhibiendo con orgullo sus musuculos y su agilidad de joven campeon.

El tercer mundo no sabe nadar. Alguien lo ha empujado desde el borde de la piscina para hacer la gracia y ahora solo le mira de reojo, sin una pizca de culpabilidad. El tercer mundo es un ser olvidado, que con esfuerzo patalea; extiende hacia el cielo (o la boveda del pabellon que aloja la piscina olimpica) sus manos mojadas, atenazadas por el dolor inmediato de la muerte segura, consciente; mientras escupe tanta agua como traga. Entre las gotas de agua clorada, el sudor y el llanto han dejado de distinguirse.

Y que hay del segundo mundo? Haciendo del primero y el tercero casos extremos, se nos ha olvidado trazar los limites del segundo. Pero ahi esta, chapoteando y flotando agarrado a la fila de corchos que divide las calles; en esos lugares de encuentro entre el Norte y el Sur, que un dia fueron ricos precisamente por ser lugares de encuentro.

Ahi esta. Sabe nadar, pero no esta entrenado; hace mucho que no practica, y esta entumecido, anquilosado. Sabe, pero no cree en si mismo, amilanado ante la imponente presencia de su companyero del norte. Y sin estima de si, intenta imitarle en los gestos, resultando ridiculo; perdiendo en cada ademan reproducido maquinalmente, un pedacito de su alma.

Ahi esta. Sabe nadar, pero no quiere, avergonzado. Ahi esta, quieto, por no hacer un mal papel. Ahi esta, dedicado a mantenerse a flote, sin decidirse a tomar una direccion concreta.

"Los extremos de la piscina estan tan lejos! Es tan dificil llegar! Para que intentarlo? A lo mejor viene una corriente de agua que me empuja, y asi no tendre que nadar. Paciencia!"

El segundo mundo tiene alma calabresa: un alma rica, llena de luz y de sombras, de contrastes en armonia, con un sabor antiguo, profundo y acido. Un alma a punto de ser engullida por el sumidero.

5.12.05

Branquias

Branquias es una version comica de aquella dramatica sentencia de los Pink Floyd en Wish You Were Here: "We are two lost souls swimming in a fish bowl, year after year". Con un titulo icticola y un protagonista a medio camino entre un estudioso de la fauna acuatica y un piscicida -si se me acepta el termino- que encuentra en estos animales casos paradigmaticos que explican actitudes humanas, esta novela de Niccolò Ammaniti habla de cualquier cosa, menos de peces.

Desprovista de todo lirismo, la unica poesia de esta obra se encuentra en su rotunda cotidianeidad, que sobrevuela los acontecimientos mas alocados, gracias al irracional escepticismo nihilista de su protagonista, Marco Donati, que formula sus verdades mas obvias e hilarantes y las expele sin piedad, bien al lector, bien a sus companyeros de viaje.

Porque sobre todo, esta es la narracion de un viaje, fisico y metafisico, que se convierte en el accesorio mas util del protagonista de una road movie surrealista, aquello que no debemos olvidar meter en la maleta. Un libro inspirador para los viajeros amantes de ese tipo de aventuras de las que no hablan las guias turisticas.

De la Roma mas mundana, a una Nueva Dehli de pesadilla; del ansia autodestructiva de un enfermo terminal de cancer, a la voluntad vitalista y redentora de aquel que no tiene nada que perder. Los hilos que sostienen la logica de este viaje son crueles y absurdos, como la vida; y terminan por resultar esperpenticos, como la vida.

Los puristas de la lengua italiana podran criticar el uso de la primera persona del presente de indicativo como una forma de naracion que se revela no solo poco eficaz, sino simplona e incluso torpe; un estilo que empobrece ese lenguaje aulico que queda solo al alcance de unos pocos. Podran incluso quejarse de la exagerada presencia de "cazzos" y otras expresiones del genero que pueblan el sin embargo nutrido vocabulario del protagonista-autor; expresiones que dan sentido a un retrato lleno de verdad.

Del gore mas exacerbado y brutal, a un sadomasoquismo snob lleno de sutiles genialidades; del porno mas obscenamente pueril, a la moralina heroica de un antiheroe antisocial y autodestructivo; esta novela se ve constantemente atravesada por las perlas mas brillantes de un sentido del humor mas negro que mi futuro.

Recomendable para todos aquellos lectores sin escrupulos, dispuestos a reirse de las desgracias ajenas.

(Y yo que venia buscando a Dante y a Petrarca...)