9.10.06

Viajeros

Hay quien se va para no volver. Eso no es viajar, es huir. Como la juventud, divino tesoro. O como el tempus, que fugit.

Hay quien se va para volver tal como se fue. Ese es el viajero estilo "maleta", que lo mismo puede quedarse en el aeropuerto sin ser reclamado por nadie.

Hay quien se va para volver con menos dinero y más fotografías de sí mismo, en poses extrañas y supuestamente graciosas, tomadas en entornos de interés. Ese es el viajero estilo "guiri", que todos debemos evitar si queremos mantener intacto el equilibrio mental.

Hay quien se va sin desvelar a dónde ni tampoco cuándo volverá. Ese es el viajero estilo "aventurero". En realidad, cuenta con una red muy bien tupida de amigos-conocidos-familiares-compañeros en todo el mundo que seguramente le alojará o le hará la vida más fácil en su camino. No es de fiar: o bien te pide dinero o te mete en problemas.

Hay quien se va con los ojos abiertos y los bolsillos llenos. Ese es el viajero estilo "turista clásico". Disfrutará un montón, pero sólo serán vacaciones y hasta el año que viene no se pueden repetir.

Hay quien se va con una excusa difícilmente sostenible, sólo por cambiar de aires. Ese es el viajero estilo "hastiado de la vida". Volverá pronto y sin ganas de moverse de casa.

Hay quien se va intermitentemente, de manera que nunca sabes si está de camino o de regreso. Ese es el viajero estilo "guadiana". No sabe muy bien dónde está, qué día es o cómo se llama. Un despistado para fuera.

Hay quien se va a tan sólo unos metros de distancia. Al día siguiente, da un paso más; otro día, coge la bicicleta; de vez en cuando, un cercanías. Y cuando te quieres dar cuenta ha desaparecido de tu vida. Es el viajero estilo "viejo amigo". Cuando vuelves a verlo, ya no lo reconoces. Porque, casi sin ser consciente de ello, tú también diste un paso, cogiste la bicicleta y usaste el cercanías más de una vez.

Hay quien viaja montado en el mundo. Yo he recorrido hoy un día entero, sin moverme de aquí. Ese el viajero estilo "cómodo". Cree que viaja pero no sólo termina en el punto de regreso, sino que un día se da cuenta de que no ha hecho ningún recorrido. Y las piernas están ya demasiado endebles, han olvidado como caminar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y tambien esta el que no viaja. Aquel que no sabe cuanta diversidad se pierde.

A veces, aunque sea mentalmente, que necesario es viajar y ver horizontes nuevos, aunque solo sean desde la imaginacion.

Gregorio Luri dijo...

Y quien se jura cada atardecer a sí mismo: "Mañana, en cuanto amanezca, me iré".

umla2001 dijo...

Los dos teneis razón. Y creo que los dos habeis apuntado matices distintos a una idea similar, la misma idea que he intentado transmitir al final del texto.

Saludos.