9.12.06

Licenciado en Historia del Arte

1. Dícese de la persona que conoce y comprende, de forma somera, términos más o menos técnicos, ajenos a otros colectivos, como esgrafiado, rocallas, entablamento o anastilosis. También aquel que los utiliza sin ton ni son, con la sola intención de epatar a sus interlocutores.

2. Aquel que al contemplar una obra arquitectónica, pictórica o escultórica, es capaz de situarla en un marco cronológico, con un margen de error de 100 años.

3. Persona con nociones básicas de Historia, tales como distinguir la Antigüedad de la Edad Media a grandes rasgos, que abre mucho la boca al entrar en cualquier museo o exposición.

4. Afortunado que aprueba todas las asignaturas de la carrera, sin que ello sea garantía de haber aprendido nada.

5. Término aplicable a cualquier ser humano que reúna varias de las características anteriores, o todas ellas.

10 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Bueno, umla, este post resulta un tanto sarcástico, suena como si estuvieras un poco disgustada o decepcionada. De cualquier modo, te diré que el punto 4 es aplicable a cualquier licenciado de cualquier carrera y especialidad. Pero, al menos, los estudios sirven para amueblarse la cabeza. Besitos sonrientes y ánimo.

Jose C dijo...

Digno de un diccionario, y el punto 4 como bien señalaba Isabel romana es sencillamente una ley universal.

Saludos.

umla2001 dijo...

Hola Isabel, tienes razón en calificar el texto de sarcástico, porque lo es. Pero no hay decepción ni disgusto. Si critico a los licenciados en Historia del Arte es porque se de lo que hablo, porque soy una de ellos.

Proyecto, el punto cuatro, aplicable a esta carrera o cualquier otra, es una bomba de relojería a nivel profesional, tanto para los licenciados como para los encargados de contratarles. Después nos quejamos de que no nos dan trabajo, como si no tuviéramos que demostrar nada previamente.

Saludos y besos a ambos.

Anónimo dijo...

Un licenciado es, según creo, una persona que al acabar la universidad tiene un contenido de conocimiento enciclopédico y una capacidad de análisis basada en herramientas y práctica que deberían permitirle empezar a conocer y saber por si mismo, a partir del empirirsmo, en el área que le compite.
La idea de licenciado es igual a pesona que ya sabe todo lo que necesitamos es demoledoramente frustrante, porque olvida el aprendizaje en el proceso laboral.

umla2001 dijo...

Luis, tienes razón en que el aprendizaje no debe concluir con la Universidad, en que debe extenderse al área laboral. De hecho, nunca tendríamos que dejar de aprender, o al menos, querer hacerlo. Para ello, es necesario realizar un ejercicio de humildad muy alejado de los alardes de ignorancia que suelen llevar a cabo algunos recién licenciados.

Hay que ponerse en disposición de aprender, pero también hay que demostrar ciertas aptitudes que no estarán nunca recogidas ni en un título universitario, ni en el diploma de un curso de tal o cual materia. La Universidad está muy devaluada: a menos que se haga un esfuerzo personal, nadie sale bien preparado de allí. Con los cursos complementarios, pasa más o menos igual.

Y por cierto, lo del "conocimiento enciclopédico" siempre me ha fastidiado mucho. Sobre todo, cuando visito un museo con alguien que pretende que le haga de guía turístico.

Anónimo dijo...

Umla: yo estoy totalmente de acuerdo con lo que escribes y que creo que se complementa con mi comentario salvo en un concepto que has tomado por otro lado: cuando de "conocimiento enciclopédico" quiero decir que el licenciado ha podido acumular un conocimiento valioso a lo largo del etsudio, que le permite ordenar su visión del exterior de acuerdo con el conocimiento, lo que le facilita el proceso de reflexión. Naturalmente que no me refiero al uso que haga de él desde el punto de vista de la pedantería personal, en lo que estoy de acuerdo. Un museo se visita solo o bien acompañado y en silencios medidos.

Anónimo dijo...

Me salgo del tema. Me quedé en la palabra somera que en el diccionario pone superficial o ligero. Se me ajusta mas a lo ligero que a lo superficial. Igual tiene que ver con el fondo del tema. La mecánica argumental que utilizamos nunca es gratuita y defendemos o atacamos consciente o inconscientemente unos intereses particulares aunque a veces los vistamos de comunes como el mismo nos que ahora utilizo.
Te quejas subrepticiamente de la superficialidad de una manera de entender la cultura. Últimamente me acomodo más al gusto de lo somero como ligero, como de falta de equipaje, de mobiliario que son los estudios académicos como muy bien apunta Isabel Romana . La ligereza de equipaje no es muy bien entendida en esta sociedad de la opulencia pero tiene unas cualidades intrínsecas importantes que tienen que ver con su adaptabilidad a lo que se mueve. Según que equipajes son muy pesados para ver mas allá del trabajo de cargar con ellos.

Anónimo dijo...

En realidad no quería decir lo que dije sino que en castellano somero/a es superficial o ligero pero en catalán es asno. Igual también tiene que ver con el tema.

Anónimo dijo...

En realidad no quería decir lo que dije sino que en castellano somero/a es superficial o ligero pero en catalán es asno. Igual también tiene que ver con el tema.

umla2001 dijo...

Gracias por la aclaración, Luis. Coincidimos, entonces.

Cerillo, esta historia de los muebles me trae a la mente bastantes imágenes muy sugerentes. Una casa sin muebles nunca llegará a ser un hogar. Eso sí, una abundancia de elementos decorativos, como esas figuritas que siempre se llenan de polvo, no hace más que estorbar.

Siempre he criticado el "academicismo clásico" de la enseñanza en las facultades de Historia del Arte, donde se enumeran hasta la saciedad datos, nombres, fechas y recursos formales de las obras de arte; obras que, ante esta abundancia de figuritas llenas de polvo, no se llegan a comprender con claridad, a menos que el alumno haga un esfuerzo muy por encima de lo que le ofrecen los profesores.