8.12.06

Queridos Reyes Magos

Aprovechando que este año cuento con un medio de mayor difusión que la tradicional carta, he decidido escribiros a través del blog, esperando que así mis palabras tengan un alcance más amplio y también más profundo. En fin, que para variar, este año me encuentre con lo que he pedido y no con el best-seller comprado a última hora, como último recurso.

No sé si lo mereceré, porque casi diría que no veo cambios de un año para otro. La vida se me ha convertido en un continuo, que en ocasiones se hace aburrido; en otras, insoportable; y muy de vez en cuando, en bastante llevadero. He ido cometiendo los mismos errores de siempre y es que no paro de tropezar, a pesar de haber descartado ya los zapatos de tacón de mi armario. Probablemente, junto a los vicios de siempre, también han ido creciendo las virtudes que empecé a alimentar desde niña.

Pero lo que es seguro es que todo se ha vuelto más borroso y no sólo porque cada vez esté más miope, que lo estoy. No, ya me compré unas gafas nuevas y eso está solucionado. El problema, o quizá no tanto, es que se difuminan los límites. Así que mi postura, ante casi todo lo que me va viniendo, es menos reactiva en un primer momento; más reflexiva; y sobre todo, menos definitiva.

De aquel armario que tenía, he desechado algunos vestidos viejos: el dramatismo es quizá el que más me ha costado tirar. Pero he dejado alguno que otro que, remendado, puede ser un buen sustituto: el sarcasmo y la ironía, nuevas drogas para la supervivencia.

Por lo demás, y mirando el envoltorio, cualquiera diría que no ha habido cambios. Pero yo sé que vosotros sí los veis, que para eso sois los reyes...

Aquí os adjunto mi lista de regalos:

1. Quisiera un diccionario etimológico, para cumplir los mandatos de mi religión, que me requiere un amor profundo al lenguaje. Y nada mejor que un diccionario, para aprender a amar.

2. Quisiera un libro de autoayuda de los que venden en las librerías especializadas a los estudiantes de Comunicación Audiovisual, con un título del estilo: "Cómo escribir un guión documental" o "Narrativa audiovisual para principiantes", para dejar de decir que soy autodidacta, frase que algunos interpretan como una ventaja, en lugar de considerarlo como la limitación que es.

3. Quisiera que me tocara el piso de la promoción de viviendas para jóvenes en que me he inscrito. Ese, u otro, me da igual. O bien, que consigais con vuestros superpoderes de reyes magos, que el precio de las viviendas deje de crecer.

4. Y por último, os voy a pedir un regalo que no es para mí: que mi padre se mejore de lo suyo, no porque sea grave, sino porque... ¡es un quejica!

Yo con eso me conformo. No voy a hacer una lista de propósitos a enmendar, porque sé que no la voy a cumplir. Ni siquiera, aquello de apuntarme al gimnasio. Más que nada porque ese propósito sólo podría cumplirlo, previa negociación con mi jefe sobre los horarios. Y eso, seguro, seguro, que ni lo voy a intentar...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estábamos dispuestos a que nos pidieras cosas bellamente utópicas para poder celebrar tu esperanza porque no necesitas otra autoayuda que dejar de mentarlo, segundo las cosas imposibles no las traemos pues son un mal regalo (encomiéndate al azar y no a la realeza), que se mejore tu padre aunque los hombres estamos cómodos quejándonos, pero seguro que el etimológico caerá, mas que nada porqué tiene que ver con una ilusión razonable.

Jose C dijo...

Como experto en regalar bet-sellers de moda comprados a última hora que sepas que me has ofendido.Ea.
(Yo no tengo la culpa de dejar para el último día lo de comprar los regalos jo.)
Creo que lo que más ilusión te haría sería lo del piso, pero no se yo si los reyes serán tan poderosos, el límite de su magia acaba cuando empieza el poder de la economía de libre mercado.

Saludos!

umla2001 dijo...

Cerillo, las utopías ya no las persigo ni las pido a los reyes magos, quizá porque sé que la mayoría de ellas dependen de la voluntad de los hombres y contra eso no se puede luchar. De todas formas, ¡gracias por el diccionario!

Proyecto, regalar libros no está nada mal. A mi me encantan. Lo que me fastidia es que sean siempre obras que se están vendiendo mucho y que terminan siendo impersonales. Poco importa si el tema o el estilo son del gusto de la persona a quien se le hace el regalo. Un buen regalo para todos sería que estallara la burbuja. Qué bonito... Me imagino la escena. Pero en fin, los sueños, sueños son.

En realidad lo único que he pedido este año es un lugar donde vivir y herramientas para hacer mejor mi trabajo. De lo demás, que por cierto es lo más importante, ya me encargo yo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Alguien le preguntó a un sabio hindú (Ramana Maharsi):
- ¿Maestro, qué puedo hacer para asegurar el porvenir?
El maestro respondió:
- Ocúpate del presente que el futuro se ocupará de sí mismo.

Este es mi regalo "filosófico" de reyes.
Carlos.