9.5.06

Canciones Desgastadas

Hay canciones que a veces se gastan. Suelen ser las mejores, aquellas que provocan una indescifrable montaña de sensaciones, que exaltan los estados de ánimo: las canciones donde la belleza y el sonido son gemelos; las canciones que franquean sin llamar las puertas de la sensibilidad. Una sensibilidad que, queramos o no, está ligada a nuestra subjetividad, y por tanto, a un momento histórico y psicológico de nuestro ser.

Por eso, cuando el momento pasa, la canción se queda colgando de un abismo. No escuches más, que ya es bastante. No escuches más, que la vas a gastar. Al llegar al borde del abismo -sublime, como todos los abismos-, la canción ya está agotada y hacerla sonar más es verla morir lentamente, escuchando cada nota con una expectación cada vez menor, con una emoción cada vez menor, en un espectáculo tan hermoso como decadente. Hay que saber parar a tiempo.

Mi impaciencia y yo hemos gastado muchas canciones, incluso discos enteros. Me deshice de Creep con avidez y de Dog Man Star con la sospecha de que su decadencia era la razón de ser de un disco irrepetible, en todos los sentidos. Quedaron en el olvido de un momento vital y escuchar esas canciones desgastadas significa asistir con los ojos cargados de una frialdad, mejor o peor adquirida, a aquellos días, aquellos temores ahogados por una falseada abulia constante.

Pero a veces revivo con sorpresa emociones que creía perdidas en el pasado. A veces, disfruto desemplovando -literalmente- mis viejos clásicos desgastados, reconstruyendo aquella que fui y aferrándome a una clase de belleza que sólo aquella persona que ya no existe podía sentir.

Si pudiéramos hacer lo mismo con los sentimientos, no existiría el desengaño. Si con sólo pulsar un botón, pudiéramos escuchar de nuevo la misma canción, todos conservaríamos aún nuestra inocencia y nuestra fe.

2 comentarios:

Sergio M. Mahugo dijo...

Escuché 'Ojalá', de Silvio, y 'Al Alba', de Aute, con pasión enfermiza. Y las gasté. Un día aquellas canciones dejaron de hacerme sentir nada. Las escuchaba ya mecánicamente... Pero dejé de hacerlo y otro día, cuando de repente sonaron en alguna radio cercana, volví a sentir todo aquello. Fue como reencontrar a un amigo, como volver...

Anónimo dijo...

Ufff. el Dog Man estar es lo más, lo más, lo más...
There's a sooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooong playing....... on the radio.........