16.6.06

España en "Er Mundiá"

Los mundiales de fútbol, como casi cualquier otra competición deportiva internacional -salvo las de balonmano, que desde que se fue Iñaki, ya no las ve nadie-, suelen ser una buena excusa para hacer gala del patriotismo eufórico y triunfalista más visceral.

Por mi parte, me voy a ahorrar el disgusto de caer en semejante tentación, inclinándome por la prudencia más escéptica en lo que se refiere a las posibilidades de victoria del mal llamado "combinado español" -huevo frito con patatas y filete de ternera. Estas son las razones que apoyan mi tesis:

  1. La tradición: un equipo que cae eliminado tradicionalmente en los momentos decisivos no parece tener muchas posibilidades de ganar.
  2. La calidad humana: un equipo que cae eliminado tradicionalmente en los momentos decisivos no puede escudarse siempre en la mala suerte. Hay que reconocer que los nervios traicionan y que el adversario es mejor, más fuerte, aunque sólo sea a nivel psicológico. Un futbolista de élite no puede permitirse el lujo de fallar un penalti por más que haya 100 millones de personas pendientes del resultado que depende del tiro o 5.000 cámaras apuntándole.
  3. Las maneras: ningún equipo dirigido por un tiparraco malaje, borde, antipático y maleducado como Luis Aragonés merece ganar nada. La justicia final del deporte es implacable.
  4. La representatividad: un futbolista que se queja por tener que levantarse a las ocho de la mañana -con el día muy avanzado, para muchos de los que seguimos los partidos desde casa- no tiene derecho a representar a todos los españoles.
  5. La estética: mi lema en este sentido es "desconfía de los hombres que se hacen mechas". ¿Qué podemos esperar de un deportista más preocupado por su imagen que por sus resultados? ¿Vamos a creer en esta panda de patanes presumidos? Si al menos tuvieran buen gusto, podríamos darles una oportunidad, pero ejemplos como los de Albelda o Cañizares apuntan en sentido contrario.
  6. La canción del mundial: ni "opá" ni "a por ellos" se merecen mis respetos. A escupirles, a otros. Sin comentarios.

Declaración final: si, a pesar de todas las razones en contra, España gana el mundial, me alegraré, pero en ningún caso me retractaré de todo lo dicho. Ea.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

España va a ganar el mundial, y todos los españoles seremos mas pratiotas que nunca, y nos importaran poco los estatutos y las nacionalidades por eso como dice nuestro amado y respetado "seleccionador" ¡¡ A POR ELLOS !!! VIVA ESPAÑA

he dicho

Anónimo dijo...

Muy bien, voy a enumerar las razones que apoyan tu hipótesis y veremos cuál de las dos (la tuya o la mía) es más probable de llegar a buen puerto:

1. Los futbolistas que juegan hoy en nuestra selección no son los de hace cuatro años, ni los de hace ocho años, mundiales que me provocaron una incurable adicción al helado de chocolate. Si queda alguno, es evidente que puede haber aprendido de los errores del pasado. Y a los nuevos, aún podemos darles una oportunidad de demostrar lo que valen, si es que valen.

2. A alguien que juegue, siempre le puede tocar la lotería.

Y por lo demás, podemos seguir cantando juntos y recordando a Manolo Escobar (inolvidable por otra parte), que el patriotismo bien entendido no es tan malo.

Besos.

Sergio M. Mahugo dijo...

Pues yo creo que el Mundial es una buena idea para explicarle a todo el mundo lo que pasa en España. Es un enorme escaparate para mostrarnos tal y como somos:

1.- En lugar del himno tradicional, los futbolistas deberían escuchar un popurrí de himnos de todas las realidades nacionales que hay en España.

2.- Luis Aragonés debería plantarse en el próximo partido con una compañía de albañiles para que le hagan unas 'reformillas' al banquillo y puedan sacarle o dos o tres alturas más. Automáticamente, se coloca el cartel de Se Vende en los pisos superiores.

3.- Todo aquél que vaya a Alemania a ver algún partido está en la obligación de traerse un cubo lleno de agua. Que por aquí falta y por allí sobra.

4.- Antes de empezar los partidos, el utillero de España se dirigirá al banquillo del equipo rival. Les exigirá que pidan perdón por querer ganar a nuestra selección y que automáticamente se vayan del estadio como han venido. Y que se paguen la cena. Y el hotel. Y todo.

5 y último.- Que cada gol de la selección sea celebrado por Torres, Villa, Albelda y Cañizares con un baile que sirva de homenaje al 'Amo a Laura' o a la maltratada canción que Las Ketchup llevaron a Eurovisión.

En fin... es sólo una sugerencia. Mira que si España llegase a la final...

Anónimo dijo...

Haga su comentario, dice!

Y yo obedezco!

Sin ningún mérito ya, pues ya sabemos el resultado, debo decir que comparto prácticamente el 99% de lo que aquí nos expones. Salvo por lo que dices de Aragonés.

Aquí ha sobrado juventud y ha faltado veteranía. Raúl era el único con experiencia en algún mundial y eso al final se ha notado.

Anoche echamos de menos a esos "jugones" que llaman ahora. Xavi Hernández: desaparecido.
Xabi Alonso: desaparecido.
Casillas: el peor partido que se le recuerda.
Joaquín, Torres: pasaos de revoluciones.
Puyol, Ramos, la defensa en general: pa qué comentar? más perdíos que el que se fue a Hannover (dicho popular de nuevo cuño).
Cesc: el mejor... mejor dicho, el único. El único que sólo sucumbió cuando el árbitro pitó el final. Los demás habían sucumbido tras el penalty de Villa. Olé por él!

En definitiva, unos novatos que en cuanto les han hecho "búúúú" se han cagado parriba. No tenía mérito ganarle a Túnez, ni a Arabia, ni golear a Ukrania... El mérito empezaba a partir de ahora, ganarle a Francia y sacarle la prórroga a Brasil (no creo que hubiéramos aspirado a más)...

¿Lo positivo? dentro de cuatro años serán veteranos...