16.10.06

Hablar por boca de otro

El listo, el snob y el tonto. Increíble, pero cierto. Hay algo peor. Hay un personaje que reúne las peores características de los tres anteriores: el erudito. Ese personaje que ha leído mucho y ha vivido poco; que esgrime las lecturas que a base de reglas nmemotécnicas va almacenando en su cerebro para quedar por encima de los demás, menos leídos. En ese almacén que tiene por cabeza casi se puede encontrar de todo: desde obras de arte, con la correspondiente reseña del catálogo; a noticias de actualidad, con la correspondiente referencia de fecha de publicación y autor. Una enciclopedia con patas que habla por la boca de otro.

Uno de sus mayores divertimentos consiste en lanzarse al cuadrilátero con otros de su especie a debatir cualquier asunto de interés, por el exclusivo medio de las "citas", gracias al cual el resto de los asistentes al combate se puede quedar a dos velas pensando que es medio imbécil. Para ello utilizan frases del tipo "según el pensamiento de fulanito... blablabla", con lo que quien no conozca al fulantio, poco puede opinar. De esta manera, persiguen una de sus mayores satisfacciones, humillar a la ciudadanía que pasaba por allí.

El otro objetivo es, sin duda, vencer al contrario con argumentos que no pueda rebatir. En ocasiones me recuerdan a los pokemon, si se me permite el símil: estos muchachos de dibujitos animados que tenían bolas con bichos dentro y que no hacían... ¡nada! Simplemente, lanzaban a sus bichitos -después de pedirles que salieran de sus bolas, claro- a pelearse entre ellos. Del mismo modo, los eruditos lanzan a los autores de sus libros de cabecera a pelearse entre ellos.

Quizá creen que sacarse de la manga a fulano o a mengano sea un ejercicio de ingenio, cuando no es más que un ejercicio de pedantería. Lo que piensan ellos nunca queda del todo claro, y así se cubren las espaldas, no vaya a ser que digan un sinsentido. Nunca dirán "yo creo", "yo pienso", "yo opino"... Quizá sea una cuestión de escasa autoestima.

Hay veces que se les ve el plumero, que con un poco de trabajo y conociendo mínimamente el idioma se pueden traducir-traslucir sus ideas. Y son de lo más sencillas. Pero eso sí, si estuvieran formuladas de un modo "natural" y, sobre todo, con una voz propia, carecerían de esa "pátina de verdad" de los autores antiguos o las ideas establecidas. Dejarían de ser crípticas, herméticas, y serían accesibles a todos. Y eso, para el mundo elitista de los eruditos, sería lo peor que les podría ocurrir.

El erudito renuncia al lenguaje universal. El erudito tiene demasiado miedo como para arriesgarse a crear imágenes propias. El erudito, quizá no lo sepa, pero con su actitud constante, reniega constantemente de la belleza.

7 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Conozco a algunas personas como las que describes y son, sencillamente, insoportables. Ahora bien, no creo que todos los eruditos sean igual de pelmazos y poco educados. He tenido la suerte de conocer a personas con muchísimos conocimientos que no tienen nada que ver con esta imagen. Pienso que tu retrato respondería mejor a la idea del pedante, o, si quieres, erudito pedante. Y sospecho que no se trata tanto de que tengan o no ideas propias, (lo más seguro es que no) sino que no quieren de ningún modo exponerse a que sean conocidas y juzgadas. ¿No crees que hay también mucho de "quedar bien"? Saludos cordiales.

umla2001 dijo...

Tienes toda la razón, Isabel. Debí matizar que el personaje en cuestión responde más bien al erudito pedante. Porque hay eruditos que no hacen uso de sus conocimientos de la manera que he planteado. Y también porque hay pedantes que no tienen erudición y se limitan a aludir siempre a las mismas cuatro citas que se han aprendido, vengan a cuento o no.

Y sí, parece que quieren provocar admiración con estos comportamientos. Pero a mí, personalmente, me admira más que una persona se atreva a decir lo que piensa, sea aceptado por los demás o no; vaya a contracorriente o no.

Saludos.

Jose C dijo...

Isabel romana se me ha adelantado, iba a hacer la misma distinción entre pedante y erudito.

Se trata de una cuestión de estilo, supongo.El oráculo de Delfos le dijo a Sócrates que no existía en la tierra persona más sabia que él.Y Sócrates siempre decía aquello de "Solo sé que no se nada"

Y si, he citado a alguien, y en mi opinion, cuando se cita a alguien no debe ser simplemente por su renombre. Sócrates, o Newton o Einstein no fueron importantes por llamarse Sócrates, Newton o Einstein, si no por lo que dijeron, y esas palabras serían igual de importantes aunque el que las hubiese dicho se llamase Pepito Perez.
Y estoy de acuerdo contigo en que citar por citar o simplemente porque se pretende avasallar por el nombre de la persona citada es una autentica tonteria y falta de respeto.

Saludos : )

Cerillo dijo...

¿Erudito, pedante? ¿Ambas cosas a la vez? Algo hay de esto en la corporativización en según que ámbitos culturales. Aquí hay un pastel que se deben repartir. Los que no tienen talento crean estas barreras de las que tu hablas, quizás para que no se les vea el plumero, quizás porque les va el sustento.

umla2001 dijo...

Me reitero en asumir mi error en la "definición del personaje", en el sentido que apuntan Isabel y Proyecto de Filósofo.

Cerillo, es cierto que hay algunos ámbitos donde este fenómeno se produce con más frecuencia e intensidad. Por mi parte, me sorprende que me tomen por uno de estos "pedantes-eruditos" o pretendan que me comporte como ellos, sólo porque suelo tener cuidado para documentar mis trabajos.

En ese sentido, por ejemplo, hace poco una persona se sorprendía mucho -"emplatando" los ojos- cuando le reconocía que no tenía ni idea de la iconografía de San Nosequién. Parece que haber estudiado Historia del Arte obliga a ser una de esas enciclopedias andantes.

Saludos.

Anónimo dijo...

En la duda, RAE:

Ser erudito es bueno y menos bueno según te acojas a dos de las tres definciones del diccionario RAE:
1 / Instruido en varias ciencias, artes y otras materias.
3 / El que solo tiene una tintura superficial de ciencias y artes.

No siempre ese "erudito" habla con citas porque no tenga ideas, sino porque en un foro de personas que tienen niveles similares, una cita representa un atajo, lo que en informática es una macro. Resulta más sencillo en ocasiones citar, porque el propio pensamiento está en la cita. Obviamente eso quiere decir que "conoce" o pretende conocer, pero en cualquier caso es útil para quien le escucha porque permite comprender vía ejemplar.

El pedante es la persona que hace inoportuno y vano alarde de erudicción, téngala o no. También puede referirse uno al pretencioso o presuntuoso, que es la persona que pretende ser más de lo que es, así "erudito pedante" o "erudito pretencioso" no dejan de ser redundancias o aproximaciones.


Desde esos puntos de vista has empleado bien la palabra y tu explicación deja clara además cual es tu postura al respecto, tremendamente hostil por cierto y pienso que tal vez un poco injusta en su agresividad.


No todos los eruditos deben sentirse concernidos por tu post.

umla2001 dijo...

Ni yo espero que lo hagan, Luis. Lo que he criticado es una actitud que toman algunos de ellos.

Por cierto, gracias por tu aportación, que matiza bastante los conceptos referidos.

Saludos.