Hay veces en que es preferible callar y escuchar. Hay veces en que uno está cansado de escucharse hablar, tanto que ya no se oye más que con una voz apagada y gris, redundante y machacona, que suena como sintonía de fondo, como hilo musical de ascensor.
El problema es que a veces los silencios buscados no llevan más que a un vacío imprevisto, donde lo único que suena no son las esperadas voces de los demás; esas voces conocidas, amantes y amadas, que nos sacarán de la modorra espiritual, de nuestras vacaciones de continente y contenido léxico-gráfico. A veces, sin saber a dónde acercar la oreja, llegan a nuestros oídos palabras que nunca deberían haber llegado, bien incovenientes, bien innecesarias y, la mayor parte de las veces, inútiles y vanas.
Y muchas de esas palabras me hacen chirriar los oídos tanto que no puedo callármelo más y empiezo a escribir sobre por qué no me gustan los silencios que no permiten escuchar el silencio sino voces ineresperadas.
Encuentro la monodia imparable de una voz mandona, pero sostenida, que no sé como acallar, porque no basta con asentir, llevar la corriente o dar la razón, negando externamente la propia conciencia, los propios argumentos.
Encuentro publicidad barata. "Apocalypto, la última película de Mel Gibson. Con la colaboración de Turismo de México y Viajes Iberia." ¡Qué descaro! Cómo para alabar a los publicistas ahora...
Encuentro canciones de una emisora de radio que no busco y que no sólo carecen de su pretendida poesía, sino del más mínimo conocimiento de la gramática. "Es probable que lo merezco...". ¿Dónde se ha dejado esta chica el subjuntivo? ¿Es que en México no se utiliza?
Quizá por eso, los silencios infinitos, las medias voces, el griterío popular que atraviesa los muros de palacio y los ritmos trepidantes del pop y del rock, ensamblados en la última película de la Coppolina, María Antonieta, me gustaron tanto.
La crítica, para otro día.
23.1.07
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4 comentarios:
El silencio también es un arte, creo yo, y ha de aprenderse. Besos.
Umla: el silencio son también los sonidos que carecen de sentido y por tanto deberíamos no prestarle atención. Están, pero no les oímos. Tal vez estamos predispuestos a oirlos cuando no estamos relajados y mantenemos dentro hostilidad hacia ellos. Hay que convivir con lo que no nos importa dejándolo inerte. Es práctica y funciona, te lo aseguro.
Perdon por salirme un poco del hilo argumental que se ha establecido en el post y en los comentarios, pero con respecto a las canciones con ejem...digamos "usos creativos de la gramática" nadie supera el "Depende" de Jarabe de Palo:
"Depende, ¿de qué depende? De según como se mire todo depende"
¿De según como se mire? ¿De según como se mire????
Oh dios, no le encuentro el pulso al diccionario...
Hola a todos y perdón por retrasarme tanto en contestar, pero debo reconocer que tengo el blog abandonadito ante imparables avalanchas de trabajo que pueden conmigo y con mis fuerzas para seguir escribiendo terminada la jornada laboral.
Gracias, Isabel y Luis, por venir y por los consejos. Procuraré ponerlos en práctica.
Y sí, Proyecto, la creatividad de nuestros compositores tiene muy poco respeto al diccionario, aunque dudo mucho que sea un acto de rebelión.
Saludos.
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