La tristeza se mide en vidas. ¡Qué vida más triste!
La penuria, en años.
El dolor, en días.
El horror, en horas.
La angustia, en minutos.
El placer, en segundos.
La felicidad se mide en ratos.
Pero vivir esos ratitos es como echarse una plácida siesta a las puertas de la eternidad.
11.4.07
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4 comentarios:
Para pensarlo, efectivamente.
¿Es tuyo?
Está muy bien, bonita reflexión.
Gracias, proyecto. Saludos a ambos.
que bello!
Gracias por el placer
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