16.1.07

Darse de Baja

Más de una vez he pensado en darme de baja del servicio de vida que tengo contratado hace 27 años; pero la empresa que me lo suministra no ha dejado de ponerme problemas en cada ocasión que he intentado hacer efectiva esa baja. Muchas veces me he puesto en huelga de vida, he dejado de usar el servicio, con la esperanza de que me dieran de baja automáticamente, pero no ha sido así.

Siempre respondía la típica señorita de Atención al Cliente, muy imbuida de conocimientos de marketing directo: "¿Pero cuál es el problema? ¿Ha consultado las ofertas que tiene disponibles? Quizá sea posible cambiar las condiciones de su contrato para hacerlo más favorable a sus necesidades." Ante mi negativa, mi postura inamovible, sin razones ni explicaciones, llegaban las amenazas: "Es posible que al dar de baja su servicio de vida, el resto de usuarios de su vivienda se vean afectados, ¿quiere continuar con el procedimiento de desconexión de cualquier manera?". Ahí la señorita de atención al cliente ya veía un resquicio de duda, pero no dudaba en pasarme con el Servicio Técnico para llevar a cabo la desconexión.

El Servicio Técnico de Suministro de vida, como todos los de su especie, utiliza un vocabulario único, que sólo sus trabajadores conocen. Las formalidades y formalismos, técnicos y tecnocráticos, de la burocracia tecnológica me dieron siempre quebraderos de cabeza. Me proponían elegir entre diversas formas de desconexión, pero, tal como me las ofrecían, ninguna resultaba del todo satisfactoria.

Un día me presenté en su oficina, ingenua de mí, y me mostraron un catálogo con las opciones, a cuál más desagradable y sangrienta, a sabiendas de que aquello me desmoralizaría y frenaría mi aparente ímpetu destructivo. Siempre planeaba sobre mí la duda de cómo afectaría mi desconexión a la red local de mi vivienda. Y todo ello pudo con mis razones diluidas. ¿Por qué no continuar con el servicio? ¿Y por qué sí?

Al final, me venció la pereza. Sigo con el mismo contrato, aunque he conseguido beneficiarme de alguna oferta. El precio sigue siendo elevado, pero he aprendido a usar el mando a distancia, el control remoto y todos esos sistemas que parecía que no servían para nada y que desconocía casi por completo. En fin, he descubierto ciertas ventajas en este servicio, y como no conozco nada mejor, he decidido no darme de baja.

Y en esas estaba cuando, hace dos días, suena el teléfono. "Le llamaba del banco para ofrecerle un seguro de vida". Esta chica de atención al cliente no conoce mi historia y no sabe lo poco que vale eso que ella quiere comprar por un precio tan alto, con el fin de hacer negocio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Una llamada puede hacer cambiar el rumbo de cualquier vida... No desperdicies las ofertas que te den desde el exterior... Pueden ser interesantes, o no... Nunca lo sabrás si no escuchas lo que te dice la operadora... Basura, puede, a veces sólo hay que mirar la dignidad del vertedero.

A ver si hablamos, casi seguro en junio me voy a Bolivia.

Besos

pies automáticos

Anónimo dijo...

Uno de los aspectos a tener en cuenta con las desconexión del servicio de vida es que los servicios alternativos no proporcionan mucha información sobre su funcionamiento. Son mas bien como un paqute del que solo ves la envoltura pero nadie sabe lo que hay dentro, ni siquiera si hay algo, aunque algunos pretenden saberlo y nos dicen tanto y cuanto.

Isabel Barceló Chico dijo...

Suele decirse que más vale malo conocido... Nada es gratis - o al menos yo no he sabido encontrarlo - así que entre un contrato al que te has acostumbrado y otro cuya sola existencia está por demostrar... En fin, ya decía San Ignacio "En tiempos de crisis, no hacer mudanza". Pues eso, querida umla.

umla2001 dijo...

Hola, Pies. En principio no entendí tu mensaje, porque lo leí descontextualizado. Pero ya está todo claro. Sabes que hay llamadas y llamadas, no todas valen lo mismo. A veces, para que te ocurran cosas azarosas e interesantes, es necesario haber dado un primer paso, como, por ejemplo, pasar un tiempo en otro país, como Bolivia. Ya me contarás.

Ventura, te doy toda la razón. Muchas veces tengo la sensación de que esas grandes ofertas de servicio de desconexión son un timo. Lo que no sé es quién sale beneficiado con eso, porque el Servicio Técnico de Desconexión suele trabajar casi en secreto, envuelto en misterio.

Isabel, me gustaría pensar que no me he quedado con este contrato por inercia. Pero lo cierto es que ha sido así. Afortunadamente, ahora, a veces, a ratos, empiezan -empiezo- a cambiar las cosas.

Besos.

Anónimo dijo...

no te des de baja, el instituto nacional de la seguridad vital (INSV) está fatal...