5.4.07

Autobiografía Ajena No Autorizada

Había empezado con grandes esperanzas, pensando que llegaría a ser novelista, pensando que sería capaz de escribir algo que conmoviera a la gente y que cambiara algo en sus vidas. Pero pasó el tiempo y poco a poco me di cuenta de que eso no iba a ocurrir. No llevaba dentro de mi ese libro, y en un momento dado me dije que debía renunciar a mis sueños. En cualquier caso, era más sencillo continuar escribiendo artículos. Trabajando mucho, pasando continuamente de un texto al siguiente, podía más o menos ganarme la vida, y aunque no fuese gran cosa, tenía el placer de ver mi nombre en letra impresa casi constantemente.

El señor Paul Auster se metió en mi cabeza y extrajo estos pensamientos. Lo extraño fue que lo hiciera cuando todavía no estaban ahí.

Me niego a ser la protagonista de una historia que se escribió cuando yo estaba empezando a aprender a escribir. Me niego a ser la protagonista de una historia que ya han vivido otros, miles de veces. Si no creo en el destino, tampoco tengo por qué creer en estas palabras. Y, aunque pueda ser considerado un acto de rebeldía, entiendo que la única creatividad consiste en romper estas barreras hechas de pesimismo, hastío y pereza. No quiero ser la perezosa que no supo rehacerse cuando parecía ver las líneas de su vida marcadas en la mano, sino la valiente que se atrevió a cuestionarlas.

Poco importa lo que llegue a hacer. Lo importante es no rendirse ante los primeros síntomas de cansancio.

Y La Trilogía de Nueva York es para enmarcar. O mejor, para no enmarcar nunca. Para no colocar nunca en una estantería a coger polvo. Es para tenerlo en la cabecera de la cama, o de almohada. Para dormir sobre él y despertar en él. Un libro camuflado en historias de detectives que habla, una y otra vez, del acto de escribir. Recomendado con cinco estrellitas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No he creído entender bien esta entrada, supongo que querías decir que "Trilogía..." se trata del libro que querías escribir pero que Auster te lo ha arrebatado de forma magistral... Al menos, a mí es lo que me pasa con este autor, que como bien sabes es uno de mis literatos favoritos, por cierto te recomiendo "Leviatan" y "La Noche del Oráculo"... Maravillosos, como casi todo lo que escribe este hombre. Besos

Pies automáticos

umla2001 dijo...

Es cierto, me acordé mucho de ti al leer este libro.

Pero en realidad me refería a que me sentía identificada con el fracasado personaje del relato final, "La habitación cerrada". Fracasado, pero un triunfador, al lado de su amigo Fanshawe.

En fin, que te voy a contar a tí de Paul Auster.

Besos, y a ver si hablamos, que tus entradas en el blog me dejan tan desconcertada como preocupada.