12.8.06

Piratas del Caribe

Atención, pregunta: ¿Alguien recuerda qué película está viendo el monstruito deforme de los Goonies, de nombre Sloth, mientras está encadenado en su guarida? Se trata de una película de piratas que, más tarde emulará, si no recuerdo mal, para salvar a los muchachos de aquella mítica y ochentera cinta dirigida por Richard Donner (The Goonies, 1985). Yo diría que es Capitán Blood (Captain Blood, 1935) y si hubiera estado en mi mano la traducción de su título al español, no habría dudado en llamarla "Capitán Sangre", que es mucho más efectista.

En este ejemplo del cine de aventuras más clásico, el viciosillo Errol Flynn crea uno de sus personajes más carismáticos, el del pirata bueno -honrado, valiente, mil veces íntegro, justiciero y hábil en el manejo de la espada-, años antes de deleitarnos con la colorista Robin de los Bosques (The Adventures of Robin Hood, 1938), La Carga de la Brigada Ligera (The Charge of the Light Brigade, 1936) o la mítica Murieron con las botas puestas (They Died with Their Boots On, 1941). Un personaje cuyos valores reproduce con tesón a lo largo de su filmografía y que sería determinante en la génesis del héroe americano de toda la vida.

En los últimos años, con la resurrección del género de aventuras, también hemos asistido al regreso de su fantasma hecho carne en el guapito de cara de turno, Orlando Bloom, con el mismo peinado y todo. Orlando ya copió a Errol en Piratas del Caribe: la Maldición de la Perla Negra (Pirates of the Caribbean: The curse of the Black Pearl, 2003), pero es ahora, en Piratas del Caribe: el Cofre del Hombre Muerto (Pirates of the Caribbean: Dead Man's Chest, 2006), cuando se le ve del todo la pluma y el plumero, descolgándose con el mismo estilo -daga en mano- por el velamen del barco y representando a un personaje que ya no tiene cabida en el cine de hoy.

Hasta el Motín en la Bounty (Mutiny on the Bounty, 1962), las películas donde el mar y el barco eran tan protagonistas como los hombres habían sido siempre películas de hombres: es decir, machismo en estado puro, de las que son capaces de exasperar incluso a las que nos declaramos en contra del feminismo radical, en el mejor de los casos; y de aburrirnos mortalmente, en el peor. En ellas, frecuentemente, se habla de estereotipos humanos y valores inútiles que no nos interesan; las batallitas, en las que se basa el ritmo del conjunto, son coreografiadas y cortadas por el mismo patrón; y las protagonistas femeninas quedan relegadas a un incómodo segundo plano, donde todo lo que hacen es esperar a ser rescatadas removiéndose en uno de esos vestidos imposibles de llevar.

Últimamente se han ido cambiando las tornas, con desastrosos ejemplos donde la mujer no sólo ha dejado de ser pasiva sino que, por contraposición y en un movimiento pendular excesivo, se ha convertido, misteriosamente... ¡en un hombre de acción! Y para ello, véase La Isla de las Cabezas Cortadas (Cutthroat Island, 1995).

El papel de la mujer en el cine se ha ido adaptando a los cambios de mentalidad de los últimos años y así, ha recuperado su dignidad pérdida como mujer, adquiriendo una nueva dignidad nunca antes reconocida como "mujer de acción". Y ésto, precisamente, es lo que personalmente me atrevería a salvar de esta entrega, que por cierto no será la última, de la saga Piratas del Caribe. Se ve que no hay dos sin tres...

Ante un "Capitán" Jack Sparrow muy decadente, que se ha convertido en una caricatura de sí mismo -cuando ya él mismo no era más que una caricatura-; es decir, en un ridículo y cobarde Rey del Escaqueo. Y ante un Will Turner, aka Errol Flynn, anclado en 1935, cegado por la palabra "honor" y con grandes dificultades para descubrir los claroscuros del alma humana. Es la enclenque pero hermosa Elizabeth Swann -¿por qué es el único personaje que no tiene página propia?-, la que demuestra que los tiene tan bien puestos como mi admirada Eowyn; la única que sabe lo que quiere -véase el detalle de la brújula mágica- y que va a por ello sin dudarlo, sin escatimar en ingenio para conseguirlo y con la suficiente picardía como para no dejarse engañar por las apariencias.

Supongo que estos detalles en la caracterización del personaje han sido genialmente ideados por los guionistas para que las mujeres que vamos a ver la película no terminemos demasiado aburridas como para negarnos a ver la tercera parte. Y es que el "Capitán" ya ha perdido toda la chispa de la primera parte: ni sorprende, ni divierte, ni hace reír. El exceso de fantasía sin ton ni son ha engullido las posibilidades dramáticas hasta hacer de la película un engendro para niños. Y no es que ahora resulte poco creíble; es que, incluso para alguien que acepta ya de antemano que se trata de un cine de fantasía desbordante, carece de interés y de gracia. Salvo cuatro chistes flojos y la posibilidad de carcajearte con el doblaje del malo malísimo que ni impone ni da miedo -al contrario que su antecesor- y que es imposible dejar de comparar con Arévalo, la diversión brilla por su ausencia.

A estas alturas nadie me va a vender los fuegos artificiales, también conocidos como efectos especiales y tal, como excusa para ver una película. Y si la comicidad se desinfla... ¿Qué motivo me queda para esperar otros tres años a ver la tercera parte de Piratas del Caribe?

Veredicto: aburrida, floja, prescindible. Ni Johnny Deep merece la pena, ni siquiera cuando está a punto de ser engullido por un bicho descomunal, construyendo una imagen que no deja de recordarme al enfrentamiento entre Gandalf y el Balrog. Paralelismos por todas partes y demasiados barroquismos monstruosos para ocultar una grave carencia de ideas originales.

2 comentarios:

Sergio M. Mahugo dijo...

Con las ganas que tengo de verla... La verdad es que las críticas que he leído no han sido muy agradecidas con los actores y productores de la cinta. Esta otra crítica pone la película igual de mal pero intercambia el papel de 'peores actores'.
Por cierto, me ha encantado la reseña al papel de la mujer en las películas de piratas, Umla... Cuando necesite asesoramiento sobre cine ya sé dónde puedo recurrir.

umla2001 dijo...

Gracias por el link, Sergio. He leído esa crítica que me pones y otras... Y aunque hay diversidad de opiniones, la mayoría es tan desfavorable como la mía.

Respecto a los actores, quizá no me he explicado bien. No hago referencia a su trabajo, ni critico, para bien o para mal, la actuación de ninguno de ellos. Sólo me refiero a los personajes como piezas del engranaje de la narración, perfectamente ensambladas por los guionistas. Y aunque el trabajo de Keira Knightley no es brillante, su personaje sí queda por encima de los demás en la narración.

Nos leemos.