22.7.05

Recuerdos de Aguadulce

Sigo empeñada en el protagonismo que mi cuadernillo azul debe tener en este blog. Alguna de las páginas que escribí en él, las escribí con la idea de que vinieran a parar a esta otra página. Así que sin más dilación, voy a empezar a verter sus contenidos...


Aguadulce, 2 de Julio de 2005

La lucha por recuperar lo sagrado


Desde mi torpeza y mi escasa capacidad, quiero descubrir dónde reside lo sagrado. Busqué un desierto en Almería para escribir sobre mí; escrutar mi alma; mirarme a los ojos con lupa. Pero la lupa me quema la retina. Sólo se me ocurren "planes de dinamización" que aplicar en esta playa. Busco la pureza y encuentro edificios residenciales de 20 pisos a diez metros del mar.

Propongo un "Plan de Dinamización Inversa". En él, la prioridad no son los discapacitados o sus problemas de accesiblidad; ni duchas, ni pasarelas, ni chiringuitos (también llamados "servicios de restauración a pie de playa para mayor comodidad del playero", che palle!).

En mi "Plan de Dinamización Inversa para Aguadulce" propongo derruir edificios a menos de 50 metros de la orilla, desbaratar el paseo marítimo, las pasarelas y escaleras. En mi plan desurbanizador van a volar por los aires todos los chalets de lujo, se van a levantar cabañas de madera sin agua caliente y se harán exposiciones de pintura sobre las rocas de las montañas próximas, también conocido como "arte rupestre" (no vale pintar indalos, eso ya se ha inventado).

Aguadulce sólo tiene algo genuino: un perfil áspero, rugoso y desordenado. Un perfil desértico en el que nada se puede hacer. Un perfil que sólo sugiere una palabra: abandono. ¿Por qué la gente que me rodea en esta minúscula playa se empeña en lo contrario? Busco el silencio y las gallinas no dejan de cacarear a mi alrededor, dándole una muerte obscena a mi espíritu.

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