"Esta sociedad no está preparada para la democracia". Estas palabras se las oí decir a alguien, de quien no voy a revelar la identidad. Estas palabras consiguieron que me rebelara al instante, posicionándome radicalmente en contra, alabando, desde mi idealismo desbocado, las virtudes del ser humano de hoy que, felizmente guiado por su razón y su sentido de la moral, es capaz de regirse a sí mismo. Estas palabras, pronunciadas hace más de un año, no revestían para mí ni una sombra de duda.
Se refería a la sociedad y la democracia de otro país, Italia. Y al visitarlo, inconscientemente, fui entendiendo cómo pudo llegar a conclusiones tan extremas. Una sociedad con un desequilibrio tan abrumador entre el Norte y el Sur, que sigue los sucesos de su política con total pasividad. Una sociedad mediatizada, donde todos los medios pertenecen a una única persona, que casualmente, es (era) el Presidente de la República. ¿Cómo era posible que en el Sur, donde con más crudeza se viven las consecuencias de una mala gestión nacional, aderezadas con la presencia de ese "fantasma" regional, que lo sobrevuela todo y que se hace llamar mafia, nadie se plantee que es necesario un cambio?
Muy al contrario, todo al que se le preguntaba, contestaba casi ofendido, que allí no había problemas y que Berlusconi lo estaba haciendo muy bien. ¿Y sus conciencias? ¿Y su razón? ¿Y su sentido de la moral? ¿Es que no tenían esa vocecita en sus cabezas que les indicara lo que estaba bien y lo que estaba mal? Al parecer no escuchaban los susurros apagados, ahogados en las señales contradictorias de la experiencia de la vida cotidiana. Su actitud, por encima de las quejas constantes entre ellos que no llevan a ningún lado, se limitaba a esperar a que algo cambiara. Su actitud era completamente pasiva: esperaban que "alguien" resolviera sus problemas por ellos y su sueño era huir a un lugar mejor.
Quizá esta gente sin sueños, esperanzas o ambiciones; sin ganas de apartarse un poco de su realidad para poder comprenderla a fondo; sin intención de mejorar las condiciones de vida de su tierra... Quizá ellos no estaban preparados para la democracia. Quizá ellos no tenían la suficiente capacidad para escoger democráticamente, siguiendo los dictados de su conciencia, porque quizá no habían sido entrenados para escuchar a su conciencia. Quizá ellos, sin interés en participar en el destino de su país, no sabía elegir a un candidato que no había surgido de su sociedad, de sus problemas más reales, sino que venía importado del norte. Quizá se habían equivocado al hacer sus apuestas durante los últimos años.
Pero, ¿quién es tan ruin como para sentirse con la suficiente superioridad moral para quitarles el derecho a elegir? ¿La democracia significa "libertad para arruinar tu vida si te apetece"?
Es evidente que la democracia tiene grandes fisuras. Lo vemos diariamente en países donde se ha elegido democráticamente a sus gobernantes, y éstos resultan ser tiranos que se apoderan para siempre del poder. Lo vemos en países donde se ha elegido democráticamente una opción política que se distingue por su extremismo para coartar las libertades de ciertos grupos sociales. Lo vemos en países que, sin que nadie se lo pida, son capaces de otorgarse aquella superioridad moral que mencionaba para resolver los problemas del mundo, cuando ni siquiera son conscientes (o cierran los ojos ante) de la carencia de libertades que tienen en casa.
En fin, ¿estamos a salvo de nuestras propias decisiones?
23.9.06
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5 comentarios:
Y a veces las democracias se cansan de sí mismas y buscan alternativas en las dictaduras. Hay que tener siempre claro quer la democracia es sólo el mejor sistema imperfecto de gobierno que tenemos. Y que sólo se sostiwene con nuestra fe en ella.
Eso es lo que me asusta, que viendo como está el patio, parece muy fácil que la democracia degenere en dictaduras. De hecho, aquí también tenemos ejemplos a diario de que las posturas se están radicalizando cada vez más.
Otra de las cosas que más me inquietan del sistema es que parece que el que está en el poder tiene carta blanca para hacer lo que quiera, independientemente de si los ciudadanos hemos votado esas acciones como parte de su programa político o no. ¿Hay alguna solución? ¿Depende sólo de que hagamos uso de nuestros derechos cada vez que haya elecciones? ¿Podemos participar más activamente? ¿O simplemente tenemos la obligación moral de hacerlo?
creo que lo peor que puede haber en politica, son los politicos profesionales. Estos que hoy estan en un puesto y mañana en otro pero siempre bajo la tutela del partido. Ya se ha dicho que la democracia es la menos mala de las situaciones...yo no creo que deribe en la dictadura por agotamiento...deriba cuando los politicos extremos desean el poder que no tienen o han perdido.
Un saludo
Es posible que tengas razón, Grumman. Pero a esos políticos extremos, ¿se les dejaría la misma libertad si los ciudadanos tuviéramos más presente nuestra responsabilidad política, nuestro deber democrático?
Por lo poco que sé de historia, ya que afortunadamente no he vivido en mis carnes ninguna dictadura, tengo la vaga idea de que la mayoría de estos regímenes han surgido gracias, en gran medida, a un importante apoyo popular. Éste es el peligro, que algo sea aceptado por la mayoría, ¿significa que sea invariablemente bueno?
Supongo que la historia hace de muelle y poco a poco las dictaduras van atenuandose. Por desgracia, la dictadura viene por el interes de unos pocos y la ignorancia de unos muchos. Y aun quedan muchos ignorantes caminando por el mundo. Y en nuestro pais...mas de lo que uno pensaria.
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