8.9.06

Primero, las malas noticias

De Alatriste, no me gusta:

- Que la película parezca un puzzle donde faltan piezas.
- Que algunos planos digan mucho, mientras otros dicen muy poco.
- Que las secuencias que tienen mucho que decir, se sucedan rápidamente y queden mal resueltas; mientras las que apenas dicen nada, acaparen una atención y una duración que las hace innecesarias y las convierte en aburridas.
- Que haya silencios incómodos, no entre los diálogos de los personajes, sino en mitad de ningún sitio, donde parece que falta la música.
- Que haya bruscos cambios de ritmo, no buscados, sino por ineficacia del montaje (o del guión).
- Que haya secuencias largas y aburridas que, además de no contar nada, ni siquiera tengan interés estético.
- Que haya un exceso de rotulación para tapar una evidente incapacidad para hacer elipsis temporales con el único uso del lenguaje cinematográfico.
- Que los planos de ambiente exterior de las ciudades sean tan escasos y, cuando los hay, tan cortos que apenas se vea nada.
- Que el trasfondo social y político de una época "engulla" a los personajes de la historia.
- Que no haya historia.
- Que los diálogos empleen un lenguaje propio de anteayer, en lugar de parecer sacados del siglo XVII.
- La secuencia del teatro, porque no se muestra un corral de comedias del siglo XVII, sino un teatro de hoy; porque es demasiado larga para no decir nada; porque no interesa; y porque Ariadna Gil está mediocre, sosa, lacia y sin gracia.
- La secuencia de las ovejas en el callejón, porque en ella, Malatesta y Alatriste pusieron las mismas caras que los jugadores de la selección española de fútbol cuando suena el himno.
- La batalla de Rocroi, que se echa a perder cuando los soldados españoles que van a parlamentar con los franceses no parecen moribundos, sino borrachos, provocando carcajada general.
- El asalto al barco holandés, porque parece rodado en plató y porque el fragmento de cubierta que se ve parece una pista de baile.
- La cacería, porque el ciervo parece rescatado de un documental de Félix Rodríguez de la Fuente y porque no me creo que un montaraz tan experimentado, soldado viejo y viejo zorro, sea tan torpe como para pisar una ramita y espantar al animal.
- El personaje de Íñigo, porque se dedica a dar bandazos de un lado a otro, sin llegar a ser nada concreto.
- El desnudo de Elena Anaya, porque para mostrar escenas de sexo, tendrían que haber desnudado también a Unax Ugalde. Si no, no tiene gracia.
- Las idas y venidas de Alatriste por el despacho de Olivares como si fuera Pedro por su casa.
- Algunos temas de la banda sonora, porque me recuerdan a otros. El de la guitarra, al Concierto de Aranjuez. El que, en mi subconsciente, he titulado como "el tema del deseo", que suena siempre sobre el rostro impávido de Elena Anaya, porque me recuerda demasiado a la Muerte de Isolda, en el Tristán e Isolda de Wagner y, al mismo tiempo, a la "versión" que ya hizo en su momento Bernard Herrmann para el Vértigo de Hitchcock sobre el mismo tema.
- Y por fin, no me gusta el no haber sido capaz de descubrir qué secuencia se rodó en Sevilla.

Las buenas noticias, más adelante.

3 comentarios:

Luis Caboblanco dijo...

Puede que me esté jugando el físico pero, la película es bastante parecida en cuanto a calidad, con los libros, es decir mediocres. Tuvieron la suerte de aparecer en el momento oportuno y de contar con el apoyo mediático de un gran grupo pero, no dicen nada más que cualquier otro...

Y la película igual.

Por cierto, te aseguro que el presunto conocimiento de la historia y la sociedad del siglo del oro por el autor no es tal... si lo es, sin embargo, su conocimiento del lenguaje, que es brutal. Lástima que esa virtud no aparezca en la película.

Un saludo

umla2001 dijo...

Hola, Caboblanco. Gracias por tu comentario.

Precisamente, como ya he dicho por ahí, el uso del lenguaje "seiscentista" es una de las cosas que más echo en falta.

No sé hasta qué punto son rigurosos los libros, pero lo cierto es que a mi, como lectora, me entran muy bien. Como una coca cola fresquita en una tarde de calor sofocante. Y eso no quiere decir que la coca cola sea saludable, claro.

Por lo demás, para mi gusto, la película tiene cosas buenas y malas. A ver si saco un ratito para dejar aquí constancia de las que considero sus virtudes.

Un saludo.

Luis Caboblanco dijo...

Ese es precisamente mi problema... que huyo de los libros que entran bien ¿POr qué? Pues porque se busca la asimilación rápida de personajes e historia a fuerza de dejarlos planos o, como mucho, insípidos...

Pero yo sou un purista... no me pueden gustar los mismos libros que a todo el mundo :-)